Por Alicia Baró, Directora de Marketing.
La era dorada en la que las empresas y las marcas basaban toda su estrategia en una segmentación puramente demográfica (sexo, edad, ubicación geográfica) no es historia, sino PREHISTORIA.
En un entorno en el que la demanda superaba con creces la oferta las marcas sólo tenían ojos para ellas mismas, sus productos se vendía prácticamente sin esfuerzo y las opiniones, necesidades e intereses de los consumidores importaban más bien poco.
En los últimos años el mercado ha sufrido una importante transformación y han aparecido nuevos segmentos de consumidores que demandan productos adaptados a sus gustos y necesidades. A esto se le denomina, microsegmentación.
Sociólogos y expertos en marketing han identificado estos grupos para los cuales cada empresa deberá desarrollar diferentes estrategias de marketing en las que se tenga en cuenta sus necesidades y sus perfiles y estilos de vida y estrategias de comunicación basadas en una relación personalizada en la que se creen vínculos emocionales entre las empresas y sus consumidores.
La nueva clasificación intenta identificar sentimientos, emociones. En una sociedad en la que la oferta ha pasado a ser mayor que la demanda, donde los consumidores tienen todas las necesidades cubiertas, los productos ya no se venden porque satisfagan una necesidad funcional, sino por las emociones que provocan.
¿Cuáles son esas nuevas tribus de consumidores?